MACARRONES CON BRÓCOLI, PISTACHOS Y LIMÓN



EL PRODUCTO
El brócoli goza de mala fama entre los tragaldabas. La coliflor, el romanescu, las coles de Bruselas, psche, pasan más o menos, ¿pero el brócoli? El problema no es el producto, claro, sino la cocción. Si ustedes le dan una cocción larga el brócoli se queda como la baba del pulpo, o la piel de una culebra. Argggg. El color verde toma una tonalidad de lomo de sapo y el aroma sulfuroso (vulgo pedo) llena la cocina. Pero, si usted le da la cocción precisa, el brócoli le quedará terso, como la mano del príncipe al que besó Blancanieves y el color será el de la kriptonita que pone a Superman como a Las Grecas con el locamenti.

INGREDIENTES (2 personas)
1 pella de brócoli de unos tres cuartos de kilo
200 gramos de macarrón (si es pasta fresca mejor) si no, pues eso.
Un puñadito de pistachos
40 gramos de mantequilla
½ limón
Sal 
Pimienta negra

PREPARACIÓN
Poner la perola con abundante agua salada
Cortar el brócoli en pequeñas flores. El tallo, ni se le ocurra tirarlo. Es lo mejor de la verdura. Córtelo en pequeñas rodajas y échelo a cocer tras haber retirado las flores del brócoli. Tres minutos tienen la culpa. No se le ocurra poner más tiempo de cocción. Las rodajas del tronco, eso sí, téngalas 10 minutos.
Aprovechar el agua donde se ha cocido la verdura y poner en ella los 200 gramos de macarrones. Retirar y reservar un par de cucharadas de ese agua.


Cortar un par de tiras de la piel del limón teniendo la precaución de que no vaya nada del blanco del limón. Reservar.
Machacar de forma grosera –darle un meneo, vamos- al pistacho con el almirez o el mortero. Poner el resultado en una sartén y vigilar para que se tuesten pero no se quemen. Bajar el fuego y añadir la mantequilla, el brócoli y el zumo del limón.


Agregar la pasta y las cucharadas del agua que habíamos reservado. Salpimentar convenientemente e integrar la verdura y el resto de elementos y servir con las pieles de limón por encima. Esto de las pieles no hace nada pero queda chulo.